lazzolla....meridiano Tonga

Los días en el hospital pasaban rápido, luego de una semana Majhari empezó a caminar por todos lados, a menudo Tiago se le unía para hacerle compañía. Pasaban mucho tiempo juntos y también con Tulex. El joven estaba muy interesado en el grupo y no tardó en hacerse amigo de todos. Para ellos era una buena compañía ya que no era igual al resto del personal sino que era una persona muy agradable con la que se podía hablar libremente. Tulex les conto acerca de su pasado y de cómo había llegado a la ciudad. Él no era oriundo, pero desde muy pequeño había estado ahí ya que cuando niño una tribu nómade asalto a su familia dejándolo huérfano. Había pasado cuatro días solo en medio del bosque sin agua ni comida, hasta que un clérigo se había topado con él en medio del camino, con la ropa destruida, desnutrido, casi inconsciente. El clérigo lo cargo en su carreta y lo llevo hasta la ciudad de Ronces, ciudad de los Paladines. Ya allí se encargó de que una familia adoptase al niño, quien vivió con ellos hasta su mayoría de edad. Aunque la familia era humilde, supieron amar al joven como si fuera un hijo propio, Estos Vivian en la ciudad en las afueras de la gran muralla y el padre era un gran herrero que se dedicaba a hacer armaduras y escudos para los paladines. Tulex desde niño anhelaba ser un gran Paladín, pero lamentablemente este honor estaba destinado sola a aquellos con sangre pura, es decir, descendientes de Guerreros. Muy rara vez se concedía el honor a un foráneo, aun así el joven no perdía las esperanzas. Al cumplir la mayoría de edad, a los 19 años, el padre logro que un Paladín por demás amable, introdujera a su hijo en la ciudadela y lo presentase ante el jefe del hospital. Este a su vez por cumplir con el deseo de un Paladín, acepto a Tulex como ayudante en la guardia. Lamentablemente el protocolo por demás firme, le impedía una vez aceptase el trabajo, volver a salir de la ciudadela y por consiguiente no ver más a su familia. Hacía ya tres años desde que Tulex trabajaba en el hospital, siempre que podía iba a la arena de entrenamiento, donde los niños comenzaban a competir por los pocos puestos en el Templo de Paladines, donde estos completaban su severo adiestramiento. Tulex se había hecho amigo de uno de los asistentes en la arena. Este le había presentado a el entrenador, un hombre de estatura baja y gordo, con una gran barba. Luego de un mes se le permitió a él joven presenciar las clases. Un logro por demás admirable. Sin embargo en la mente del joven, esto no era suficiente. El hecho de conocer a Marconi, Oliverien y Lazzolla, resulto en algo refrescante para él. Estos tres peculiares forasteros, con sus anécdotas y su enérgico trato le devolvieron en parte las esperanzas, tal vez algún día él podría contar historias de viajes y peleas.
Para el grupo, el joven resultaba muy amable y rápidamente ganaron confianza para con él. Por las tardes no faltaba algún momento en que le enseñaran algún movimiento para desarmar a algún oponente o lanzamiento de cuchillos, aunque sin estos ya que todas sus armas seguían confiscadas. También Majhari estaba con ellos.
Así pasaron tres meses. Ya casi habían empezado a olvidar porque estaban allí cuando B13G hizo su aparición en el hospital. Majhari, Tulex, Tiago, Marconi y Oliverien estaban en el jardín, echados al sol en un hermoso colchón de pasto, charlando plácidamente de nada en concreto. B13G avanzo directo hacia ellos, sin prestar atención a nada más. Al llegar se detuvo muy próximo al grupo.
_Saludos, han sido beneficiados con el inconmensurable honor de prestar audiencia frente al Consejo
_aja….contesto secamente y sin interés Lazzolla
B13G dirigió una mirada inquisidora hacia Tiago quien mantuvo la vista en alto, finalmente B13G solicito amablemente que lo acompañaran. Los 4 se despidieron amablemente de Tulex sin saber realmente si volverían e verlo. Así el grupo liderado por el Paladín avanzo hacia la reja de entrada en donde el portón abierto los esperaba, hacía ya más de tres meses desde su ingreso en el hospital y el portón representaba una libertad anhelada. El guerrero los dirigió por una serie de calles hasta llegar a la colosal entrada de la torre central. Como siempre sin decir una palabra, los guardias del acceso despejaron el paso ante el avance del Paladín. Dos grandes puertas cedieron y empezaron a abrirse. De una madera oscura reforzada al límite por grandes guías de acero, al abrirse daban un espectáculo. Ya adentro los forasteros apreciaron el descomunal mecanismo que accionaba el portón. 4 hombres forzaban a una docena de burros a dar vueltas alrededor de una gran rueda que los mantenía fijados por arneses, el movimiento accionaba una serie de engranajes y estos movían las hojas del portón. Mientras las puertas se cerraban a sus espaldas se internaron más y más en un gran salón principal de no menos de 50 metros de altura, sin grandes adornos, una vez las puertas estaban cerradas, la habitación quedo en penumbras. Solo accedía luz por unas pequeñas ventanas en lo alto del cuarto. Los pisos de mármol finamente pulido devolvían un fiel reflejo de todo lo que tuviesen arriba. Unos minutos después se encontraron finalmente del otro lado de la sala. Nuevamente un grupo de soldados abrió paso ante el Paladín quien precediendo a la comitiva abrió una puerta de acero macizo. Detrás de ella se descubrió una pequeña sala con una escalera muy ancha. El guerrero guio al grupo hacia ella, el ascenso duro más de hora, varias paradas fueron necesarias hasta que finalmente y a más de 200 metros de altura se toparon con otra serie de guardianes. Las escaleras seguían ascendiendo. Pero esta era la entrada al consejo. B13G se voltio súbitamente hacia sus acompañantes y tono seco aclaro:
_Bajo ningún punto de vista hablen si nadie se los pide, no miren fijo a nadie (mirando a Lazzolla) y limítense a contestar lo que se les pregunta. Su vida puede peligrar si no se atienen a esto. El consejo les brindo el honor de tener una audiencia aun a sabiendas de que no manejan los códigos para esta, no abusen de tal privilegio.
Dicho esto, se hizo paso y accedió a la gran sala que unos meses antes había visitado en busca de instrucciones, Siguiendo el protocolo, repitió todo el mismo procedimiento de la vez anterior. En cambio, los forasteros con cara de desconcierto se dirigieron hacia el centro de la sala directamente, sin hacer ninguna clase de reverencia. Al terminar B13G con las formalidades se incorporó al grupo en el centro del salón. Dirigiéndose al consejo anuncio:
_Una vez más me veo honrado con solicitud de verme, eh traído como se me solicito a la comitiva que yo mismo intercepte en aguas del imperio. Espero haber cumplido con mi deber, dijo en tono humilde pero firme.
_Has hecho bien B13G, ahora puedes retirarte. Dijo un anciano que se encontraba en el medio de los consejeros.
B13G hizo una reverencia y sin decir una palabra se retiró del salón, manteniendo por supuesto el protocolo al pie de la letra. Una vez el paladín había salido de la sala, los consejeros empezaron a hablar entre ellos en un tono casi imperceptible para el grupo en centro del salón. Luego de unos minutos el Anciano hablo:
_Les damos la bienvenida a nuestra ciudad y esperamos hayan sido bien atendidos. Es nuestro deber pedirles disculpas por las demora que pudimos ocasionarles, como ya se habrán dado cuenta tenemos una cultura muy especial, y mantenemos una conducta muy estricta. Es lógico cuando uno sabe que de nosotros depende la paz del imperio.
Lamentablemente nuestras noticas para ustedes no son del todo gratas. Un frio recorrió el cuerpo de los 4. Hace tres meses un mensajero partió con urgencia hacia el reino de los magos blancos, el mismo llevaba un mensaje ultra secreto de este consejo para el mismo que precede en tal reinado. La respuesta ha llegado esta mañana.
El consejo de los Magos Blancos, solicita su presencia urgente en su reinado y nos ordena que esto se cumpla en el menor plazo posible. Es evidente que su descripción concuerda con la de un grupo que es de interés para los Magos Blancos. La compañía de una joven con claros rasgos Sijhachi es un indicio del interés de nuestros superiores. El aspecto de ustedes tres tampoco es menos sospechoso. Pero no es nuestro deber hacer conjeturas, si no que debemos hacer que se cumpla lo ordenado. Por tanto, deberán partir de inmediato hacia el reinado de los Magos Blancos. A partir de este momento están ustedes arrestados y serán escoltados por uno de nuestros Paladines hasta que lleguen a su destino. Debo informales que en su condición actual, cualquier intento de escape será castigada con la muerte, como el reglamento indica, por lo que quedan advertidos.
_Y nuestras cosas? Pregunto Lazzolla impulsivamente
_Me temo que en su condición actual deberán mantenerse privados de cualquier pertenecía personal.
_Disculpe, Irrumpió amablemente Di Marco
_Disculpe pero, me parece que eso es un problema, por que como usted bien dijo, ustedes desconocen el porqué de la citación de los magos blancos así como también nuestro objetivo, si acaso tuviésemos alguno. Es por eso que me pregunto qué pasaría si al llegar al consejo de los Magos Blancos debiésemos partir hacia otro lado? También debo plantearles a ustedes la duda acerca de nuestra relación con los Magos Blancos, ya que es evidente que no tienen mayor información. Por esto creo que es necesario que nuestras pertenencias viajen con nosotros. Si así lo desean puede privarnos de ellas hasta terminado el viaje, lo que no es justo es que se nos prive de ellas una vez terminada la audiencia. Esto podría ser incluso perjudicial para los propósitos mismos de su misión, la cual es escoltarnos hasta el reino de los Magos Blancos.
Un silencio inundo el salón. Súbitamente los consejeros comenzaron a debatir, ninguno de los forasteros pudo entender algo ya que hablaban casi susurrando y la reverberación de la sala no ayuda en lo más mínimo. Luego de 15 minutos el anciano volvió a dirigirse al grupo:
_Muy bien, el consejo entiende como real el planteo que hace joven. Sus pertenencias viajaran con ustedes pero en un carro con seguridad. Debo advertirles que cualquier intento de acceder a ellas sin previa autorización del consejo de Magos será penado con la muerte, ahora retírense, partirán de inmediato.
_Y una cosita mas, dijo Marconi
Oliverien y Tiago no pudieron evitar dirigir la mirada hacia Marconi el cual desafiaba al consejo sin ningún escrúpulo.
_Hay un joven viviendo en el hospital, su nombre es Tulex, no puedo revelar el porqué, pero debo decirles que es imperioso que el venga con nosotros.
_Ya veremos, le contesto el anciano en un tono que crispo la piel de los cuatro
_Ahora, retírense
Al salir de la sala pudieron ver que B13G esperaba paciente al lado de la puerta
_Hey campeón! Todo bien? Nos vamos de viaje, le dijo Lazzolla al Paladín. Este no le contesto.
Un guardia salió del salón y le dijo a B13G que el consejo requería nuevamente su presencia. El guerrero ingreso nuevamente a la sala a la vez que los forasteros empezaban el descenso.
_Vos estas del orto, le dijo Oliverien a Marconi
_Tanto reglamento, tantos códigos, al final los caminas como si nada. Son muy cuadrados.
_si, pero no quita que estés del orto
_Adhiero, agrego Lazzolla
Al llegar a la base un guardia se les acerco, amablemente les pidió que lo siguieran. Ya fuera de la torre el grupo se dirigió hacia una casa de aspecto antiguo, en ella varias mujeres trabajaban enérgicamente para construir prendas y armaduras de cuero. El grupo completo fue provisto de estas, incluso Majhari. Lazzolla no pude evitar mirar a Majhari luego de que le pusieran su armadura, ya que esta definía a la perfección la esbelta figura de la joven resaltando sus encantos femeninos. La mujer advirtiendo la mirada de Tiago se puso colorada y ruborizada bajo la cabeza en señal de vergüenza. Lazzolla prontamente retiro la mirada intentando disimular solo para encontrar la vista cómplice de Oli quien reía en silencio en denotación de entender la escena.
El grupo ya preparado para el viaje fue conducido hasta los establos donde más de 500 caballos eran mantenidos con increíble cuidado, se le fueron asignados al grupo cuatro hermosos equinos de un porte encantador con sus monturas ya preparadas. Una vez montados fueron guiados hasta salida de la ciudadela donde aguardaron al menos 40 minutos. A lo lejos se divisó el galope de un tremendo corcel, al llegar se descubrió que se trataba de B13G, solo que esta ves portaba una armadura increíble que lo hacía aún más grande, la misma confeccionada en su totalidad de aleaciones de metales preciosos lucia con arrogancia grandes grabados de un acabado sin precedentes. Por donde se mirase la armadura se exponía como una arma de guerra letal. En los hombro dos grandes puntas sobresalían por sobre el cuello de B13G. Los guantes portaban esplendidas espinas de acero de más de 20 cm. De los antebrazos sobresalían por sobre la línea del codo dos cuchillas más afiladas que un bisturí. De igual manera en las canillas dos cuchillas pasaban la línea de las rodillas, brindando al guerrero de un golpe más que letal. Los zapatos lucían también espinas de acero. En la espalda, por debajo de la línea de los omóplatos, dos grandes hachas de guerra de encontraban ancladas al exoesqueleto de la armadura. Sus mangos sobresalían levemente hacia adelante, de forma tal que el Paladín disponía de ellas con gran facilidad. Sobre la cadera izquierda reposaba el anclaje de la vaina que cuidaba la gran espada ancha de B13G. De igual manera su corcel portaba con arrogancia una armadura en la cual cargaba dos grandes alforjas que llevaban el arco y sus flechas como también algunos víveres y elementos propios del guerrero.
Por detrás del Paladín se acercó una caravana de 20 hombres montados y en el medio una carreta tirada por cuatro equinos.
_Partimos, dijo B13G
Y así los cuatro siguieron al Paladín, precedidos por la gran caravana partieron hacia la Gran Bretaña, también conocida como el imperio de los Magos Blancos. Ya caía la tarde, nacía la primera estrella, un destino incierto los esperaba y sin embargo los cuatro estaban felices. Dejaban la ciudad.