Capitulo 9
Así que de pronto decidiste jugar al nene bueno y salvar al mundo! Suponiendo que te creo, quisiera saber cual es tu idea, por que te recuerdo que un dragón nos viene pisando los talones y no podes estar transportándote de acá para allá, en algún momento vas a tener que enfrentarlo- comentó Lazzolla en tono irónico.
Si ya se, dijo Oliverien. Y por qué no le decimos lo que esta pasando? Tal vez escuche, después de todo es un dragón, suelen ser sabios. Marconi y Lazzolla lo miraron estupefactos, ninguno dijo nada, no había nada que decir. Oliverien no tenia idea de qué hacer y sabia que ahora dependía del plan que tuviesen sus forzados compañeros, si es que tenían alguno.
Pues bien, Lazzolla y Marconi tenían un plan, solo que no sabían que era ficticio, ya que Mandrágora había partido hacia 4 lunas. Dado que el conjuro de Oliverien los había transportado a mas de 30 Km. en vaya a saber que dirección la idea de correr hacia los refuerzos y por consiguiente al barco era ahora una gran odisea. No tenían mas de 15 minutos hasta que el dragón les diera alcance por lo que sin pensar mucho decidieron correr en lo que pensaron era la dirección hacia la costa para que, una vez encontrados con el mar pudiesen orientarse hacia la embarcación, Oliverien por consiguiente los siguió.
Llevaban algo así como media hora de correr cuando la silueta del reptil borró el sol de sus cabezas por un momento, una vez pasó por encima de ellos se adelantó unos 50 metros, dio un giro brusco de 180 grados y se precipitó sobre sus victimas, al hacerlo arrasó todo a su paso dejando un claro en medio de un bosque frondoso. Desde los ojos de los tres aventureros el dragón se abalanzó en línea recta hacia ellos, nada que no hubiesen vivido, los tres se mantuvieron inmóviles hasta que el dragón tuvo sus dientes a no más de 3 metros y en ese momento saltaron a un costado evitando el funesto final. El dragón rozó la tierra con su rebarba, lo que ocasionó una canaleta de medio metro de profundidad y 2 de largo, como pudo tomo vuelo nuevamente, impulsándose torpemente con sus patas traseras. Oliverien y Marconi habían saltado hacia la derecha y Lazzolla hacia la izquierda, quien a su lado encontró una gran piedra que le sirvió como refugio mientras esperaba otra embestida. Por otra parte Oliverien y Marconi habían quedado completamente expuestos y solo podían esperar a la bestia, pero Marconi metió su mano en el morral que siempre cargaba y saco una pelota del tamaño de una naranja, la levanto con su mano y teniéndola en alto grito: Lazzolla! mientras lo miraba fijo, dicho esto ambos miraron al dragón calculando cuando se abalanzaría sobre ellos. Oliverien también había entendido lo que tramaba Marconi pero al parecer no tenían intenciones de incluirlo en la contra ofensiva y eso lo molestó, sin embargo no hubo mucho tiempo de pensar, el dragón se abalanzaba ahora hacia ellos y como habían predicho iba directo hacia los dos indefensos. Cuando la bestia se encontró como a 15 metros Marconi salió corriendo hacia Lazzolla ocultando con su palma la pelota que tenía. Inmediatamente el dragón dirigió su atención hacia él, había mordido el anzuelo….
Daniel Santino reposaba en una hamaca en medio de una plaza. Eran las 3 de la mañana y su sueño estaba perdido, solo pensaba en lo que había pasado la noche anterior, en todo lo que Anarmel había dicho y cómo iba a usar esa información, todo era muy confuso. Y aunque quisiese divulgar todo, como lograría conseguir los medios para difundir tremenda noticia, nada era fácil. Anarmel le había pedido que iniciara una investigación acerca de las anomalías que delataban la conexión entre los dos mundos, pero, por donde empezar? Un nombre inundó sus pensamientos….La Fiera Giuntex.
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Qué bueno que apareciste devuelta :)
son muy malos con el pobre oliverien eh?? lo excluyen de toodo.. a mi me cae bien.. :P
a la fiera giuntex me la cruze el otro dia caminando por las calles de san martin de los andes.. le tendria que haber preguntado por las dudas de daniel santino.. heheheh
te quiero mucho santi
nos vemos
magalí
Anónimo dijo...
6 de febrero de 2008, 4:03