lazzolla....meridiano Tonga

_________________________Capitulo 6


La curvatura de la escalera complicaba el ascenso si uno pretendía subir rápido, ¿pero quien querría subir tan rápido una escalera caracol de esas proporciones? La situación no era de lo mas liviana, solo podíamos seguir subiendo, teníamos que llegar hasta la piedra fuese como fuese. Luego de al menos una hora, la claridad empezó a aumentar, ya estábamos cerca del final cosa que comprobamos cuando nos encontramos con dos guardias que bloqueaban la escalera y protegían un portón de acero situado a sus espaldas.
-¡Ya vienen!, dije eufórico. Los guardias nos miraron perplejos y corrieron a resguardarse detrás del pórtico permitiéndonos pasar a su lado, cerraron detrás nuestro el portón y corrimos los cuatro hacia la cumbre (recuerdo a los lectores que teníamos trajes de guardia). Al llegar al final nos encontramos en una habitación cuadrada y amplia que tenia cuatro grandes aperturas lo que permitía una gran luminosidad, en el centro de la sala se encontraba sobre un fieltro la piedra. Sabíamos que al tocarla nuestras vidas correrían peligro. Sin embargo antes de tomarla debíamos encargarnos de nuestros inocentes acompañantes, matarlos hubiese sido muy cruel, además nos habían generado cierta ternura pero algo debíamos hacer, así que saqué mi sable y le pegué en la nuca con el revés a uno de los muchachos mientras Marconi dejaba al otro inconciente mediante un fuerte golpe de Kung Fu en el cuello. Casi inmediatamente después de derribar a los guardias sentimos como el portón comenzaba a crujir a causa de la fuerza que le ejercían. Cruzamos miradas con Marconi intentando leer en los ojos del otro algún plan pero no encontramos nada.

- Siempre lleven soga- nos decían los antiguos maestros, ¿qué habíamos aprendido? Nada, ahora estábamos atrapados en lo alto de una torre y con una cuerda podríamos simplemente escapar haciendo rapel, pero no. Plan B; tomemos la piedra a ver que pasa. Mientras Marconi agarraba la piedra yo preparaba mi bolso para recibirla, una vez dentro me calcé el bulto sobre el hombro derecho y volví a incorporarme. El gran rugido no se hizo esperar, fue tan potente que hizo vibrar la torre y por ende el piso. Pasaron 30 segundos hasta que lo avistamos, se dirigía hacia nosotros desde el este a una velocidad increíble y no le tomo mas de tres pestañeos estar a nuestro lado. La primera embestida fue la mas violenta ya que con el mismo envión que tenía incrustó sus garras en el techo de piedra macizo y lo arrojó a un lado; mientras la gran cúpula caía el dragón se tiro en picada, rebasó el techo y se abalanzó sobre el centro urbano donde tomó con sus garras a dos nativas que luego arrojo a mas de 40 metros. Ya no se oían los forcejeos en el portón de la escalera, sin embargo no sería una vía de escape, estábamos atrapados. El dragón se elevó tan alto que lo perdimos de vista y cuando logramos encontrarlo no fue nada lindo, venia en picada hacia nosotros. En los siguientes segundos pude ver como Marconi intentaba tensar su arco lo más rápido posible, como el dragón escupía una enorme bola de fuego y como un gran halo de energía se creaba alrededor de la torre y por encima de nuestras cabezas para luego contraerse y generar una poderosa onda expansiva que daría por resultado una especie de portal, pero antes que pudiera dilucidar el portal fui golpeado por la descarga que generó la onda expansiva y que golpeó también al dragón el cual fue parar al piso unos 150 metros mas abajo. Mientras me incorporaba pude ver como un hombre rubio, alto, que portaba un poncho color crema y una gran espada larga, atravesaba el portal, no tardé en reconocerlo, era Oliverien Von Rot. Mi sorpresa no fue menos que la de él y mientras Marconi se incorporaba para saludarlo aproveché para poner el filo de mi sable en su cuello.
- ¿Se reúnen y no me invitan? Dijo Oliverien
- ¿Así que te hizo mago también? ¿Eh? -respondí
- Si, pero perdió los estribos, vine a pararlo
- Ja! ¿Pararlo? No sos más que su fiel lacayo.
- Contrólate Tiago, es posible que nos sirva, dijo Marconi
- ¿No me creen?¿hace cuanto que no nos vemos?¿3 años, 4 tal vez?¿No creen que es mucho tiempo como para que las cosas…

- Su tiempo en este mundo a llegado a su fin- anunció el dragón que había estado viendo la situación mientras se mantenía en vuelo al lado de la torre. Luego de dar su sentencia genero un enorme bola de fuego, lo sufientemente grande como para sumergir toda la cámara de la piedra.
- No tengo tiempo para esto, dijo Oliverien sujetandonos a Marconi y a mi, uno en cada brazo.
El fuego llegó hasta la gran cámara principal alojada en la base de la gran mole, chamuscando todo a su paso incluyendo a los 50 hombres que huían corriendo.
El dragón miró la escena y con un rugido de cólera se elevó por los aires perdiéndose por encima de las nubes….