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Capítulo 8



Capitulo 8

El portal se abrió a unos 3 metros del suelo por lo que los 3 quedaron desparramados en el piso, Oliverien fue el primero en levantarse, ya acostumbrado a estas vueltas al mundo. Pero ni bien había terminado de incorporarse, Lazzolla lo tomó por el tobillo y lo tiró al suelo mientras que se incorporaba para luego ponerle a Oliverien una rodilla en el pecho y la punta del sable en la garganta. Marconi que veía toda la situación desde muy corta distancia tomó cartas en el asunto y se abalanzó sobre Lazzolla, lo tomó por el brazo y en una toma de Kung Fu lo dejó boca abajo mientras lo sujetaba por la muñeca doblada. - No ves que vino exactamente adonde estábamos nosotros y aun así no nos atacó? Todavía no tuvo la oportunidad de hablar aunque creo que esta igual de sorprendido que nosotros de habernos encontrado en la cima de la torre, dijo Marconi
- Pues a decir verdad si, esto……esto cambia rotundamente los planes. Pero si ustedes estaban ahí es por que sabían de la piedra y vinieron……¿¡Pero como llegaron acá!? Dijo Oliverien
- Eso no te incumbe, al menos por ahora, tal vez me veas mas tranquilo en tu presencia que a Tiago pero te aseguro que desconfio igual o más que mi compañero así que te aconsejo que empieces a hablar ahora, contestó secamente Marconi
- Ya puedes soltarme Marconi, no voy a degollarlo, al menos no por ahora……dijo Lazzolla
- El echo de que esté acá es aparentemente por lo mismo que ustedes. A ver….mejor empiezo desde que nos separamos, si mal no recuerdo la última vez que estuvimos todos juntos fue en la caverna Tradalamanpala en Bolivia, si, lo recuerdo. Luego de que el grupo se disolviera, Anarmel se recluyó en su mansión a estudiar y ahí se quedó al menos 5 o 6 años. Al poco tiempo decidió tomarme como su alumno y yo acepté tentado por la idea de ser un gran mago. Día y noche recibía instrucción de Anarmel y poco a poco fui dominando algunos hechizos simples de magia base, nada complicado, movimiento de piedras, control del viento, pero solo nivel 2 y aceleración de crecimiento nivel 1. En verdad me sentía muy contento de poder estudiar para hechicero y también me agradaba estar en compañía de Anarmel. Aunque él estuviese muy abocado a sus estudios había algunas noches en que tomábamos una taza de café y reflexionábamos sobre el todo sin sentido. Pero poco a poco fueron disminuyendo la cantidad de noches en que nos veíamos para compartir el rato y de echo también las clases que me daba empezaron a disminuir hasta que un día por la mañana me dirigí al laboratorio y la puerta ya no estaba, de echo todas las puertas de acceso a la mansión habían desaparecido, ya no era un invitado, era un prisionero, o rehén, no se muy en verdad cuál era la idea de Anarmel respecto de mi. Resignado a mi soledad dediqué mi tiempo al estudio y así fui aprendiendo algunos hechizos de magia blanca, aunque en verdad no los domino muy bien, de echo es un milagro que estemos vivos. Bien, una noche me dirigía hacia la biblioteca cuando al acercarme escucho voces. Entonces me aproximé en silencio hasta quedar al lado de la puerta. Lo que escuché no fue nada grato, Anarmel tenía un invitado, al parecer un reportero, y comenzó a contarle de la coexistencia de los mundos a sabiendas del castigo que la orden de magia blanca impone a tales “voceros”. Ese fue el principio de mis temores. De ahí en adelante comencé a espiar a Anarmel mientras pasaba largas jornadas en su laboratorio recitando hechizos, fabricando conjuros. Lastima que solo podía escucharlo, pero bueno, al menos pude anotar algunas de las frases que utilizaba y luego en la biblioteca decodificarlas. Lo que descubrí seria el desastre que estamos tratando de evitar.


Majhari lloraba sentada al borde de la gran pileta que había en el medio de su casa. Una especie de jardín con grandes árboles y peces creaba un ambiente de armonía ideal para ese momento. Majhari debería estar en el último año de la escuela de ciencias de fuego pero no era así, al parecer había nacido sin dotes para la magia ígnea y eso era el peor castigo que se podía tener si se había nacido en el pueblo de los sijhachi. Su padre la amaba a pesar de todo pero no podía ocultar su decepción, pero aún así intentaba vivir con su hija lo mejor posible, después de todo era lo único que tenía en este mundo.
Este año Majhari cumpliría la mayoría de edad, los esperados 19, pero para ella esto no era más que problemas ya que todos sus pares dedicaban su tiempo libre a molestarla y cargarla. La sociedad de los sijhachi era muy soberbia ya que su magia era una de las más poderosas sin estar combinada con ninguna otra, por eso un sijhachi se mostraba al mundo con orgullo y a menudo pagaban el precio de su arrogancia al morir en garras o boca de algún dragón de sus tierras. Además, los sijhachi era la única cultura además de los magos blancos en tener la posibilidad de postularse a ingresante de la escuela de archimagos. El requisito era para quien desease el honor, matar a un dragón y volver con una garra como prueba. En la actualidad no todos los dragones eran mortíferos e incluso unos cuantos se rebajaban a negociar con los sijhachi y por un dineral accedían a entregar una de sus garras, de todas maneras en 300 años le crecería de nuevo.
Una tarde Majhari fue al centro urbano en busca de algunos víveres, pero en el camino fue interceptada por 3 futuros egresados que se veían interesados en perturbar la tranquilidad de la chica, ella intentó eludirlos pero fue inútil, los 3 agresores rodearon a Majhari y comenzaron a insultarla hasta que uno de ellos invocó un gran huracán de fuego y situó a Majhari en el ojo del mismo. Los otros 2 reían por la maquiavélica escena. Si bien Majhari no corría peligro ya que el muchacho estaba muy concentrado en mantener estático el huracán, estaba muy enojada, y una cólera comenzó a surgir, era algo que ella no conocía, algo que venia desde muy dentro suyo, empezó a sentir que su cuerpo ya no le respondía y de pronto perdió el cocimiento.
Ya era de noche y caía el rocio cuando Majhari se despertó, estaba tendida en el suelo en medio del camino donde esa tarde había sido interceptada por los muchachos. No se veía nada, por lo que volver a su casa sería una tediosa caminata. Le extrañaba mucho que su padre no hubiese venido por ella al notar la tardanza. Luego de caminar a gatas media hora, cruzó la tranquera que años atrás habían hecho con su padre, ahí comenzaban sus tierras. Algo raro atrajo su atención, un fuerte reflejo provenía de lo que seria su casa. Solo que no podía ver de qué se trataba ya que primero debía atravesar un pequeño grupo de árboles que hacían las de portal de entrada. A medida que se acercaba, la imagen comenzó a aclararse hasta que contempló el horror en primera fila. Su casa ahora se encontraba en llamas, una turba de gente con antorchas la miraban fijamente y lo peor de todo, a un costado de esta imagen su padre colgaba de un árbol sin vida.
- ¡ASESINA!......¡MATENLA!......¡MUERTE!, gritó la turba
- Pero, ¿qué les hemos hecho?¿que hicimos tan grave como para merecer la muerte?
- ¡MATENLA AHORA ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE!
Una bola de fuego voló directamente hacia Majhari e impactó en su rostro, la pobre mujer cayo tendida en el suelo y la turba se abalanzó sobre ella, al acercarse notaron que la cara de su enemiga no tenía ni un rasguño, todos habían visto impactar la bola de fuego segundos antes, esto solo sirvió para que la gente se enojara aún más y sin ninguna orden que lo dijera formaron una ronda alrededor de Majhari y entonaron al unísono un conjuro, en unos pocos segundos un gran huracán de fuego comenzó a formarse dentro de la ronda, luego de unos minutos el huracán era tan grande que las copas de los árboles cercanos comenzaron a incendiarse. Y nuevamente sin que nadie dijera nada el grupo de gente actuó en sincronía e hizo que el huracán se transformara en una ola que rompió sobre Majhari. Ella ya estaba inconsciente desde el impacto de la bola y así siguió mientras sus vecinos la calcinaban. El problema es que Majhari no ardía, al contrario, estaba desnuda, pues sus ropas se habían consumido, pero ella estaba intacta. Luego de unos momentos Majhari despertó, bañada en fuego como estaba vió la situación, sus ojos eran rojos ahora y habló. Nadie entendió lo que decía, pero si el dialecto que usaba. Estaba hablando en el antiguo idioma de los dragones. Nadie supo lo que dijo pero lo que pasó después les aclaró bastante la idea.

1 Dichos:

bueno.... lo perdono... pero mejor que lo que venga sea bueeno :)

te quieroo!

4 de octubre de 2007, 4:56  

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