Desperté con el agua entrando en mi nariz, había llovido días atrás pero no tanto como esta vez, hacía 23 días que nos encontrábamos prisioneros bajo tierra en forma horizontal respecto del piso pero por primera vez el agua había inundado todo el sarcófago y nos había obligado a sacar la boca por entre las cañas para poder respirar, esto demandaba una gasto de energía enorme y generaba un agotamiento físico por demás innecesario dada las circunstancias. Haciendo una retrospectiva se podría decir que mi encierro no fue tan malo y para nada improductivo, al contrario, gracias a este logre encontrar la piedra que en definitiva es el por qué de mi presencia en este lugar. Desde el primer atardecer prisionero que pasé, noté para mi fortuna que tenía una esplendida vista de la torre o al menos de el ultimo tramo de esta, al caer el sol sus rayos bañaban los grandes ventanales en lo alto de la inmensa mole y esto producía un gran destello desde su interior que enceguecía a la vez que hacia vibrar el suelo. Día tras día este echo se repetía por mas que estuviese nublado o lloviendo. En cuanto a los nativos, parecían no darles importancia a nuestra presencia, estábamos ubicados al parecer en el medio de su centro comercial y la gente pasaba a nuestro lado constantemente, muy pocos se detenían a mirarnos y solo algunos se apiadaban de nosotros y nos traían a escondidas alimentos o agua, era gracias a estos últimos que seguíamos con vida, al menos yo. Constantemente había un guardia en las cercanías de las jaulas y se turnaban tres veces por día por lo que nunca se estaba solo, siempre merodeaban tres guardias armados con cerbatanas tan grandes y duras que servían también de bastón.
En la noche de la gran inundación me tomo como unas 3 horas hasta que el agua bajara lo suficiente como para poder apoyar la cabeza y seguir respirando cuando al fin sucedió extrañé la sensación de calidez que el agua estancado producía, ahora me encontraba todo mojado y con frió pero peor que eso, estaba de mal humor.
Serian como las 3 de la mañana cuando un movimiento extraño me saco del sueño, algo estaba pasando y seria mejor prestar atención. Un zumbido muy familiar surco el aire, luego otro y otro, silencio y más silencio. De pronto una silueta se dibujo al lado de mi celda forzó la traba y abrió la reja de cañas, luego extendió el brazo y me ayudo a salir.
- Tiago, ¿estas bien?, tenemos que irnos…
Era Marconi, mi primera reacción fue abrazarlo y desplomarme sobre él ya que mis músculos estaban por demás atrofiados luego de un mes de postrado en ese pozo del demonio, enseguida Marconi me susurró la importancia de salir de ahí con prisa y con su ayuda nos dirigimos hacia la jungla, mientras escapábamos vi que mis compañeros no habían tendido la misma suerte que yo ya que sus celdas estaban en un terreno mas bajo que la mía y quedaron totalmente sumergidos, mas atrás vi como tres hombres armados con rifles tomaban los cadáveres de los guardias ahora muertos por las flechas de mi amigo y los traían atrás nuestro. Nos habíamos internado unos 60 metros en la espesura cuando nos detuvimos. Los tres soldados intercambiaron ropas con los cadáveres y enseguida volvieron a la ciudad a ocupar los lugares de los difuntos pero antes tuve que vestirme de soldado y vestir a uno de los muertos con mis prendas, una ves que terminé uno de los hombres tomo el cadáver y lo llevo a mi celda. Ahí nos quedamos mas de dos horas yo siempre parado estirando las piernas y caminando de aquí para allá sin hacer ruido. Cuando me sentí mejor le conté a Marconi que había encontrado la piedra y para mi sorpresa me contesto que él también, que estaba en la torre y que hacia tres días estaba estudiando la ciudad, que ayer había sido él quien me diera el trozo de pan y que tenia un plan.
Su plan consistía en dejar pasar dos días más para darle tiempo a que uno de los soldados se colara en la torre y averiguase mas de su interior, luego nos precipitaríamos por la noche dentro de la ciudad y entraríamos a la torre, dentro habría que improvisar hasta llegar a la cima, tomar la piedra y descender por soga hasta la base por uno de los ventanales, luego fugarse hacia la jungla hasta el punto de encuentro donde 12 soldados nos esperarían para contrarrestar el grupo de persecución que seguramente arrastraríamos, bien simple. Solo faltaba un detalle, yo quería recuperar mi sable y mi equipo.
La noche siguiente uno de los espías regreso con novedades, se había infiltrado en la torre y descubierto una gran escalinata que seguramente conduciría a lo más alto de la mole, había visto como un hombre con gran escolta y acompañado por lo que parecían 4 hechiceros subían la escalera y se perdían en lo alto. Luego de pasarnos las novedades coordinamos el asedio del día siguiente y volvió a su puesto de guardia.
El día que nació no fue mejor que los anteriores, lluvia, lluvia y más LLUVIA, sin embargo servia un poco para distorsionar la visión y serviría para nuestra huida si es que llegábamos a tan avanzada instancia. La noche llego y con esta nuestra tarea, 2 de los espías regresaron e intercambiamos ropas con ellos luego fuimos a la ciudad como dos nativos más y con cuidado de no ser vistos nos aproximamos a la torre. Luego de un rato descubrimos un acceso lateral que constaba de una pequeña puerta de madera para nada difícil de violar, así lo hicimos. Dentro nos encontramos con una penumbra no muy distinta a la que la noche dejaba sobre la faz de la tierra, fuimos a dar a una galería enorme iluminada por algunas antorchas y desprovista de vigilancia, en el final de esta gran ambiente encontramos una puerta que tenia en los costados don grandes escudos, sin duda seria la armería. Intentando actuar de la mejor forma entramos a lo desconocido y por infortunio nos encontramos con dos guardias vestidos igual que nosotros. Uno de ellos dijo algo, claro que no le entendimos, reímos y atacamos. Antes de que pudiesen atacar Marconi saco su daga oculta entre las ropas y corto el pescuezo de uno de los guardias, en cuanto a mi utilice la cerbatana enorme que mi disfraz me proporcionaba y noquee a mi adversario de un fuerte golpe en la cabeza, acto seguido dispare un dardo en su pecho, ya no despertaría. En forma serena registramos el lugar hasta descubrir una especie de compartimiento cerrado con llave, rompí de un cerbatanazo la cerradura y para mi fortuna encontré dentro todas las pertenencias que nos habían quitado, tarde 10 minutos en equiparme, cuando terminé dejamos las cosas de mis compañeros en el cofre y pusimos la traba simulando que estuviese sana. Me puse el traje de guardia encima de mis ropas y salimos de la armería. De vuelta en la sala recordarmos la escalinata y que el espía nos había dicho que nacía al final de la cámara principal, supusimos que estábamos en la cámara principal y caminamos hacia una de las puntas, estando a unos 50 metros del final vimos dos guardias apostados uno a cada lado de la escalinata, habíamos elegido el lado correcto del salón. Usaríamos la misma estrategia que en la armería, nos acercamos normalmente y cuando estuvimos a su lado saqué mi sable y decapité a uno de los centinelas, con el mismo envión di un giro y decapité al otro que ya había sido apuñalado en el abdomen por Marconi, nuestro éxito duro menos que poco ya que inmediatamente luego de reducir al dúo vimos como desde un portón adyacente a la escalera comenzaban a salir nativos armados y por una ventana al lado de la puerta pudimos ver al menos 50 hombres que se preparaban para matarnos. Sin dudarlo nos aventuramos hacia la escalera mientras los dardos de cerbatana picaban la piedra a centímetros de nosotros comenzamos a subir corriendo a la vez que escuchábamos el contingente que nos perseguía. Debo decirlo, después de las escaleras a las tumbas de altriar Espondir este fue el plano inclinado mas largo de mi vida....
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio
Marconi siempre tiene un plan?.. jeje! Esa piedra me está matando de intriga...
Chee.. no me arreglaste el tema de la musica eh?? >=/
;)
Haceme acordar si nos encontramos conectados que te haga otra pregunta.....
abrazo grande para vos!
esperando el prozzimo capitulo...
Anónimo dijo...
11 de abril de 2007, 7:17