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capitulo 10



Capitulo 10

La boca del reptil se abrió de par en par mostrando sus letales dientes. Estando a tan solo 5 metros de Marconi vio como este saltaba y giraba noventa grados en el aire hacia él mientras que le arroja una bola directamente a los ojos. Lo próximo que ocurrió duró solo unos instantes, en el momento en que Marconi sorprendía a su agresor, Lazzolla corría a solo un par de metros de ellos. A la vez que desenvainaba su sable, mientras la bola explotaba y cegaba al dragón Lazzolla pegó un salto enorme que lo posicionaría por encima del hocico del dragón mientras que Marconi pasaba por debajo, quedando entre el piso y la bestia, a pocos centímetros de morir aplastado, estando Lazzolla sobrevolando y de cara a su enemigo se valió de su sable y lo lanzó directo a un ojo como si fuera una lanza, en ese momento el dragón abría los ojos nuevamente tras haber quedado ciego solo unos momentos, para encontrarse de frente con el sable de Lazzolla que se abalanzaba sobre el; aunque al reptil había desplegado por reflejo su parpado protector, el disparo a quemarropa, sumado a la velocidad propia que traía, fue más que suficiente para perforar limpiamente y depositar el arma en medio de su cráneo.
Lazzolla cayó de espalda en el suelo e intentó rodar para amortiguar el golpe aunque la postura no lo ayudo y el impacto fue fuerte, claro que no comento nada al respecto. Marconi estaba incorporándose cuando se encontraron, mirándose a las ojos y sin decir nada posaron una mano en el hombro de su compañero en señal de respeto y después rieron.

- Jugada patentada, nunca falla, dijo entre risas Marconi.
- Jajaja, como cazar jabalíes, comento Lazzolla.
- Debemos seguir camino, presiento que esto no es todo y preferiría estar a bordo del "Brisa de verano" antes de que cayera la noche.
- Adonde vas?
- Por mi sable.


B13G remaba en medio de la noche en el basto océano absorto en sus pensamientos, su pequeña balsa y sus dos remos eran su única compañía hacía más de una semana. Repasaba mentalmente las cartas topográficas, los mapas y toda la información que había estudiado antes de partir, mañana al atardecer llegaría a tierra firme listo para arrasar un pueblo de bárbaros tal y como su orden le había ordenado. 8 días atrás y unas horas antes de partir había sido citado y recluido de sus entrenamientos para recibir instrucciones de sus superiores, pero esta vez no solo su maestro lo citaba, el consejo quería verlo. Dentro del gran templo, en el gran salón principal se erguían inmensas estatuas de sus antecesores, los grandes héroes de todos los tiempos, al sobrepasar esta gran sala se llegaba al anfiteatro donde el consejo se encontraba reunido y aguardaba su llegada. Siguiendo al pie de la letra el protocolo B13G se paro erguido justo en la entrada al gran salón, hizo una reverencia, se sacó sus sandalias y se dirigió al centro del lugar. Allí se sentó en una silla de alto respaldo y mullido apoyo que lo dejaba de frente al consejo entero que se disponía en medialuna a la silla.
Como el protocolo exigía, B13G inicio el dialogo.
- Me honran con su solicitud de verme oh grandes consejeros, guardianes del imperio- dijo en tono humilde pero firme.
- Haz sido citado ya que el imperio requiere ahora tus servicios, juraste servir y defender con tu vida todo lo que al imperio hace y es tu deber cumplir con la encomienda que ahora reposara sobre ti.
El consejo ha decidido proteger los intereses de la tribu Sijhachi ya que su existencia se encuentra en riesgo absoluto. Hace tan solo una luna la tribu entera fue completamente arrasada y destruida, no se han encontrado sobrevivientes y no ha quedado un edificio en pie. El consejo ha realizado una investigación que a llegado a la conclusión de que el manifiesto no es obra si no de la tribu bárbara Isquielotos y por ende se ha resuelto la destrucción total de este pueblo, y la búsqueda en sus tierras de sobrevivientes.
Bajo el sagrado protocolo y con el poder que me concede este consejo más el aval de la gran orden de los magos blancos, estas ahora, prefecto B13G, en deuda con el imperio, basándome en el sagrado protocolo, hasta hayas completado con éxito la misión que se te encomienda a continuación; deberás incursionar en soledad en las tierras bárbaras en ocupación de los Isquielotos y valiéndote de tu entrenamiento resolver en la destrucción total, tanto material como física y dar en la búsqueda de sobrevivientes sijhachi, en donde dando como positiva la tarea deberá rescatar y traer frente al consejo, priorizando la vida de este mismo sobre la suya y aún sobre el cumplimiento total de la misión. Puede retirarse.
- Honor! Gritó serio B13G, luego realizó una reverencia al consejo y se retiró, al llegar a sus sandalias, se las puso, realizo otra reverencia y se marcho, fue directo donde su maestro para comenzar las preparaciones de su viaje.
Su pueblo era desde siempre un pueblo criador y entrenador de Paladines, su vida solo era un medio para alcanzar el honor, y el honor solo se alcanzaba cumpliendo el código. Los últimos 300 años los Paladines habían sido la mano dura de los magos blancos y respondían a esa estirpe, sin embargo jamás violaban su código y siempre actuaban en pos del bien.
Ya había amanecido cuando B13G notó por primera vez la escarcha que se había formado en sus manos, las tierras de los Isquielotos estaba al norte, muy al norte, donde los hielos son eternos. Esto poco y nada significaba para el gran guerrero, al final del día correría sangre, con nieve o sin ella……

1 Dichos:

mmm ... B13G....B13G...
repito ...mmm.....


jeje.
beso

maga

19 de febrero de 2008, 0:59  

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